domingo, 15 de junio de 2008

Diplomacia abrasadora

Dicen que los adolescentes no leen, que sólo juegan a la play. Si no leen, menos se acercan a la poesía, ese arma cargada de futuro. Su mayor aproximación es aprender de memoria "con cien cañones por banda", y así no se puede amar algo: a la fuerza. El sistema educativo se dedica a destripar versos, imágenes, como si ver una película fuera analizar los efectos especiales. Se entiende que poema es todo texto con las sílabas contadas y los finales de verso rimados, con una estructura temática relacionada con las características del autor, y el autor insertado en su consecuente corriente literaria, estudiada diacrónicamente con ligeros ejemplos entresacados para ilustrar cada época.
Así lo hemos estudiado todos, aprendiendo de memoria, leyendo sin sentido poemas como si fueran la tabla de multiplicar. Tan anquilosados los métodos de interpretación, que la poesía se volvía obscura y abstracta, negra fuente de conocimiento sólo entregada a unos pocos, cerrada como las piernas de una virgen e igual de intacta.
Unos pocos, demasiado pocos, logramos sustraernos a las férreas manos del sistema escolar y se nos abrieron las nubes del cielo y pudimos ver la luz; y encontramos sentimientos donde nos enseñaban palabras, y escuchamos música donde nos desgajaban la rima, y descubrimos un corazón latiendo detrás de esas indescifrables columnas de negro sobre blanco. Nos olvidamos de las metáforas, las sinestesias, los quiasmos y las aliteraciones, para ver a través de las palabras el misterio que alguien, en otro momento, en otro lugar, había vislumbrado. Descubrimos que no todo era almíbar ni laberintos, no todo cisnes o princesas, sino que había un mundo paralelo del que nadie nos había hablado justo a nuestro lado, y no lo habíamos visto. Un mundo maravilloso de palabras prensibles, que se huelen, que se saborean y se rozan, donde todo cabe en el hueco de un pensamiento fugaz o en siglos de reflexión. Miles de espejos donde reflejarse, miles de lenguas que hablar, mil ventanas que abrir hacia otros mundos.
Una ha intentado, en la medida de sus posibilidades, hacer ver esto a jóvenes cabezas recién pensantes y, mal que bien, algo se ha conseguido. Pero, cuando guarda la lanza para descansar de la batalla, le sorprende un brutal enemigo que le comienza a hablar de métodos de tortura para mantener la disciplina y, entonces, carga el contrincante el dardo envenenado, y sin darme cuenta me hiere con el concepto de "poema-castigo". Considerando e imponiendo, como castigo para sus respectivas cabezas adolescentes pensantes, el aprenderse poemas maravillosos como este de Safo
Amor bulle en mi pecho
y sin cesar voltea
mi corazón amante
y acá y allá le lleva;
mis miembros desenlaza
su poderosa diestra,
y en viéndome rendido
ya me desprecia y vuela;
tiene sus lindas alas
cual ave, mas es fiera,
y dulce y apacible,
y de indomable fuerza.
Atis, de tu abandono
al crudo Amor te queja,
que en los ojos me abrasa
de Andrómeda la bella.

y vuelvo, lanza en ristre, a rodear al enemigo para proseguir mis gestas por terrenos inhóspitos, porque la diplomacia no me permite clamar al cielo por tal barbaridad en la cara de mi enemigo, y arrastro las palabras por mi garganta, como fuego abrasador, y sonrío de pura tristeza.Está claro que "en el mapa de la lectura, el área de la poesía se ha encogido, ha dejado de ser el gran imperio de antaño para convertirse en una provincia diminuta." Pero no nos derrotarán, compañeros!!!

1 comentario:

El ilustrado dijo...

Desde la primera poesía que leíste en clase ganaste la batalla con amplia ventaja. El resto ha sido, simplemente, un increíble recital. Muchas gracias.