viernes, 28 de noviembre de 2008

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?
Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.
Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.

Vuelvo a dejar que hablen otros por mí.
Siempre me ha hecho llorar Miguel Hernández.

sábado, 22 de noviembre de 2008

CAVA BAJA - MANUEL BECERRA

Son las 3 y 20 de la mañana. Llevo una hora caminando......... y pensando.
Algunos científicos han dicho que el hombre ha llegado hasta donde ha llegado porque somos una especie que nunca se conforma con lo que tiene. Esta noche me siento tremendamente humana.
Digo que trabajo. Que dedico todo mi tiempo a trabajar. Que cuando no estoy trabajando, estoy pensando en el trabajo. Que cuando ni siquiera eso, estoy estudiando. Digo que estoy muy ocupada. Y es verdad. Pero en el fondo sé por qué lo hago.
Cuando uno tiene casi todas las parcelas de su vida satisfechas, marchando por el camino correcto, no es capaz de apreciarlo y disfrutar de la calma. No. Se dedica a llorar por el "casi", a añorar el "casi". Yo no añoro, no tengo tiempo. No tengo tiempo, porque no quiero añorar.
Son las 3 y 26 de la mañana. Acabo de recorrer Madrid caminando. Caminando y pensando.
Madrid es una ciudad muy generosa. Aun llena, se muestra vacía para los que necesitan soledad. Y yo hoy necesitaba verla vacía. He estado una hora caminando, pensando en cómo sería mi mundo si todos mis países estuvieran llenos. Historia subjuntiva. El subjuntivo, el tiempo de la posibilidad y el deseo
Decía yo hace unos días, que la gente de mi alrededor está perdida, que la gente de mi edad se encuentra sin saber qué camino tomar en la vida, ahítos de posibilidades. Pero que yo me encontraba en el lugar en el que he querido estar desde que tengo uso de razón. Llevo la vida que quiero, aunque algunos lo tachen de retorno a la adolescencia. No tengo un horizonte lleno de sueños y posibilidades y proyectos por llevar a cabo. He llegado al final del camino que he escogido. Y la falta de sueños no me deja dormir. Pero esta noche me he dado cuenta de que es mentira. De que sólo estoy a la mitad. De que me queda una vía llena de sombras y de dudas, que no he recorrido todavía, y hacia la que no quiero mirar.
Son las 3 y 34 de la mañana. Igual hoy cambia algo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Tengo un boli verde encima de la mesa al lado de doscientos ejercicios que corregir. No es una exageración, de hecho son doscientos uno. Procuro valorar todo lo valorable, pero sobre todo me decanto por el esfuerzo personal. Pero tengo un par de chavales que hacen un esfuerzo enorme, inmenso, y sigue sin haber modo de coger su examen por ningún sitio. Y se me parte el corazón, porque más no se les puede pedir. Y no saben redactar, y comenten muchas faltas de ortografía, pero sé que se han pasado todo el fin de semana estudiando como condenados a muerte, que me han puesto todo lo que se han estudiado, lo que no y lo que les suena, con la esperanza de poder aprobar, pero no les ha dado tiempo de acabar el examen y........ y yo qué sé. No puedo suspender a una persona que trabaja tanto.
Ahora ya sabéis por qué llevo tanto tiempo sin actualizar esto. Estaba trabajando. La próxima vez que envidiéis a un profesor por las larguísimas vacaciones que tenemos, o por el horario o por alguna otra cosa... recordad que nosotros llegamos a casa y seguimos trabajando, no nos podemos ir en temporada baja de vacaciones, estamos con adolescentes en tandas de treinta enseñándoles cosas que les interesan tanto como la lírica romántica, y nos quebramos la cabeza para rozar la justicia suprema a la hora de calificar. Al menos algunos!
Besos desde mi celda.