sábado, 22 de noviembre de 2008

CAVA BAJA - MANUEL BECERRA

Son las 3 y 20 de la mañana. Llevo una hora caminando......... y pensando.
Algunos científicos han dicho que el hombre ha llegado hasta donde ha llegado porque somos una especie que nunca se conforma con lo que tiene. Esta noche me siento tremendamente humana.
Digo que trabajo. Que dedico todo mi tiempo a trabajar. Que cuando no estoy trabajando, estoy pensando en el trabajo. Que cuando ni siquiera eso, estoy estudiando. Digo que estoy muy ocupada. Y es verdad. Pero en el fondo sé por qué lo hago.
Cuando uno tiene casi todas las parcelas de su vida satisfechas, marchando por el camino correcto, no es capaz de apreciarlo y disfrutar de la calma. No. Se dedica a llorar por el "casi", a añorar el "casi". Yo no añoro, no tengo tiempo. No tengo tiempo, porque no quiero añorar.
Son las 3 y 26 de la mañana. Acabo de recorrer Madrid caminando. Caminando y pensando.
Madrid es una ciudad muy generosa. Aun llena, se muestra vacía para los que necesitan soledad. Y yo hoy necesitaba verla vacía. He estado una hora caminando, pensando en cómo sería mi mundo si todos mis países estuvieran llenos. Historia subjuntiva. El subjuntivo, el tiempo de la posibilidad y el deseo
Decía yo hace unos días, que la gente de mi alrededor está perdida, que la gente de mi edad se encuentra sin saber qué camino tomar en la vida, ahítos de posibilidades. Pero que yo me encontraba en el lugar en el que he querido estar desde que tengo uso de razón. Llevo la vida que quiero, aunque algunos lo tachen de retorno a la adolescencia. No tengo un horizonte lleno de sueños y posibilidades y proyectos por llevar a cabo. He llegado al final del camino que he escogido. Y la falta de sueños no me deja dormir. Pero esta noche me he dado cuenta de que es mentira. De que sólo estoy a la mitad. De que me queda una vía llena de sombras y de dudas, que no he recorrido todavía, y hacia la que no quiero mirar.
Son las 3 y 34 de la mañana. Igual hoy cambia algo.

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