sábado, 31 de mayo de 2008

JAPI BERDEY TU MI!

Yo me lo guiso, yo me lo como. FELIZ CUMPLEAÑOS, ANA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
27 añitos, ya! Qué barbaridad!

Hace un par de días, hablando con mi prima, le comenté lo de la depresión de los 27 y lo poco que me gustaba cumplir tantos años. Como quien dice, soy casi en los 30, ya. La cuestión es que ella me dijo que también le había pasado algo parecido al cumplir 27. Se dio cuenta de que seguía viviendo en casa de sus padres, que tenía una trabajo de mierda, y que quería ejercer su profesión ya. Por lo tanto se puso a estudiar las oposiciones, buscó trabajo en coles, lo consiguió y pudo independizarse con su novio. Y me dijo que, claro, yo cumplía los 27 habiendo cumplido todos mis objetivos.
Los que me conocéis del año pasado sabéis lo mal que lo pasé, sacándome el puto CAP inútil de los huevos, echando 300 currículos a diestro y siniestro, viendo cómo las cosas no terminaban de salir... un asco, la verdad. Y que un día, viniendo yo de la autoescuela, me encuentro con mi alumno guapo en el metro, justo me llaman del único cole que parece que no tiró mi curriculum, llamo a Virginia y le digo que ya nos podemos poner a buscar casa, y en un mes nos estábamos mudando, en dos meses trabajando, y lo siguiente ha sido uno de los mejores años de mi vida. Creo que desde esa llamada he sido feliz en cada uno de los instantes que han pasado, y he descubierto que hay muchos grados de felicidad. La tranquila de todos los días, que sientes cuando sabes que estás disfrutando con lo que haces; la explosiva de los momentos únicos que he tenido innumerables veces; y su ausencia, que te hace saborearla mejor cuando vuelve.

El problema es que yo he forjado mi espíritu entre dioses del Olimpo; he leído y traducido demasiadas veces la cólera que despierta en los dioses la excesiva felicidad en los mortales y, ahora que piso terreno pantanoso, que ya no soy dueña del rumbo de mi vida en un futuro cercanísimo, y que ya no soy capaz de acunarme en la suave ignorancia del que no quiere pensar. Ahora, no duermo, sólo tengo pesadillas, y cumplo 27 años con el corazón encogido porque no sé lo que los dioses van a hacer conmigo.

¡Feliz cumpleaños, Ana! Disfruta de este día porque mañana toca hacer ya los deberes.

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